domingo, 18 de mayo de 2014

Demostración existencia de Dios

Quien niegue que Dios exista, no es un incrédulo, sino un iluso. Me basaré en las 5 vías de Santo Tomás:
La primera vía demuestra, primero, que hay movimiento, paso de la potencia al acto, el cambio en general, y segundo, que ese movimiento requiere ser causado por otros, llamándose el que es movido, móvil, y el que mueve, motor. Todo lo que se mueve es movido por otro, pero es necesario que a este lo mueva a su vez otro, y así sucesivamente hasta llegar al Primer Motor Inmóvil, Dios, que es acto puro.
La segunda vía trata sobre la causalidad, partiendo de que unas causas generan otras llegamos a la noción de una causa primera eficiente (capaz de hacer cosas) incausada (ninguna cosa puede hacerse a sí misma, pues no se puede existir antes para hacerte existir después).
La tercer vía versa sobre la contingencia de los seres, parte de la observación en este mundo de que los seres pueden ser y no ser, pues son contingentes (pueden o no existir). Si los seres son contingentes, en algún tiempo indefinido, en algún momento, dejarán de ser. Y si algo puede ser y no ser, si es, no es por sí mismo, sino por otro. Pero hay seres cuya existencia no es contingente, sino necesaria, y pueden ser por sí mismos o por otros. Pero como tampoco puede haber una serie infinita de causas, debe haber al menos un ser necesario, por sí mismo y no contingente, al que llamamos Dios.
La cuarta vía (de influencia platónica) trata sobre los grados de perfección. De cada una de las distintas perfecciones debe existir un máximo, ya que todo lo que es máximo en cada categoría es causa de todo lo demás. Gracias a esto, llegamos a la consideración de un ser máximo de las máximas perfecciones que es causa de todas las perfecciones que tenemos. Lo que tiene cada ser, lo tiene por el que posea esa cualidad en grado máximo, y ser el máximo en algo implica necesariamente ser el perfecto ser.
La quinta vía se refiere al orden, al gobierno del mundo. Hay cosas, que aun sin tener conocimiento, están ordenadas, obran por un fin. Lo que siempre obra de la misma manera tiene una intención, no es azar. Cuando algo que no tiene conocimiento está ordenado, es gracias a algo que sí lo tiene, pues hay que tener conocimiento para ordenar. Hay una parte del ser humano que no depende de sí mismo y que está ordenada por otro ser superior. Luego existe una inteligencia ordenadora que ordene todas las cosas a un fin, de ahí se deduce que Dios es inteligente y causa final. Esta ordenación la realiza mediante la imposición de la ley eterna, que regula con la ley física a los seres irracionales, y a los hombres con la ley natural, la ley moral, que posibilita su libertad.
Así Dios resulta ser motor inmóvil, causa primera, creador, ser necesario, ser perfecto y ordenador del universo.